No tiene sentido contratar a gente buena y decirles qué hacer, contratamos gente buena para que nos digan qué hacer — Steve Jobs
Los modelos de gestión empresarial de recursos han sido la piedra angular en el éxito de las compañías.
Algunas adoptan un “Modelo Tradicionalista Piramidal”, donde existe una alta gerencia que dirige minuciosamente las actividades de toda la organización, pero esto limita la capacidad de crecimiento del negocio en función de la capacidad de gestión de la alta gerencia.
Este modelo suele generar mucha presión sobre la alta gerencia por la cantidad de decisiones a tomar, riesgos a evaluar por cada decisión pendiente, definición de actividades a realizar por área, comunicar las decisiones a cada responsable, hacer seguimiento al estado de las actividades, y esto elevado a la cantidad de áreas que tenga la compañía.
Es habitual encontrar que las empresas que tienen ambientes laborales no amigables, suelen estar bajo un esquema de gestión piramidal.
Otras empresas le apuestan a un “Modelo Autogestionado” el cual se caracteriza por descentralizar la gestión de los recursos, de manera que los responsables de departamento o área tienen la capacidad de evaluar riesgos, tomar decisiones, establecer actividades y comunicarlas a su equipo de trabajo sin contratiempos, y sin depender de la decisión de un alto directivo.
Es un modelo de trabajo donde la gestión de los recursos no está centralizada en una única persona de la empresa y por el contrario, se confía en las capacidades y aptitudes profesionales de los diferentes responsables de área para gestionar sus recursos y tomar decisiones.
Esto requiere que las personas que ejercen autogestión sobre si mismas, adopten ciertas prácticas y metodologías, de manera que metódicamente puedan identificar las prioridades y gestionar eficientemente los recursos que tiene a disposición.
La autogestión no es anarquía en la empresa, donde cada uno hace lo que quiere y cuando lo quiere.
Para una efectiva autogestión es necesario que exista claridad de las responsabilidades y un trabajo orientado por objetivos, para que de manera coordinada se pueda realizar la gestión entre las áreas.
Son múltiples los beneficios que se obtienen en un esquema de autogestión bien implementado, entre las cuales podemos mencionar:
La autonomía del área es importante ya que brinda a los colaboradores mayor empoderamiento de su rol en la empresa y ayuda a fortalecer su compromiso con la filosofía empresarial y el ambiente laboral. Es importante que la independencia de las áreas no se asocie a rivalidad o competencia entre áreas, simplemente es permitir que ellas se expresen al 100% de su potencial. Por ejemplo: un área comercial puede tener mas creatividad y eficiencia en un ambiente jovial y dinámico, mientras un área de investigación puede ser mas creativa y eficiente en ambientes tranquilos y orientados a datos.
La autosuficiencia en el modelo de autogestión es clave para que pueda darse un flujo continuo de las actividades y sin contratiempos. Para que esta autosuficiencia se logre, es necesario que el líder del área pueda identificar con tiempo suficiente los recursos que requiere y los recursos que tiene a disposición. Preferiblemente, los recursos (presupuestos) que se necesiten deberían ser solicitados anualmente y los recursos disponibles deben ser aprovechados de manera que se rentabilice su costo.
La toma de decisiones en el modelo autogestionado es relativamente rápida y gracias a que sucede al interior del área, los resultados pueden ser más oportunos. En el modelo piramidal, se presentan tiempos muertos mientras se informa a la alta gerencia y ademas se espera a que esta emita una decisión, sin contar con los errores asociados a la comunicación en ambas vías. Cuando las dificultades o retos laborales se discuten al interior del área y se toman decisiones por los expertos en la materia, se suele usar el lenguaje técnico que requiere la situación y ayuda a que todo el equipo esté mejor enterado de los pormenores para implementar la decisión tomada.
Es importante que los responsables de departamento que ejercen autogestión sobre si mismos, asuman un rol de coordinador o tutor, mas que de supervisor o responsable del trabajo de otras personas.
Esta es una aptitud que se adquiere y como cualquier otra habilidad, la mejor forma de aprenderla es con la práctica continua.
La libertad que brinda la autogestión esta gobernada por las responsabilidades definidas para el área. De ahí la importancia que se conozcan dichas responsabilidades y que los objetivos del negocio estén definidos y divulgados exitosamente.
El líder del área debe ejercer autogestión sobre si mismo, para lo cual debe definir los objetivos del área con el fin de brindar valor agregado a los objetivos corporativos y debe tener la libertad de definir su plan de acción para alcanzar los objetivos de área, aportando todo su potencial creativo e innovador.
Si el Autor ha dado con una visión al escribir la obra, el Director debe ser quien haga resaltar esta visión, utilizando formas que el Autor nunca hubiera imaginado. - Philip Slater [1]
Para ejercer una correcta autogestión se requiere como mínimo tener conocimiento sobre los siguientes puntos y ponerlos en práctica tan frecuentemente como sea posible:
Es importante entender que la autogestión no es consenso en toma de decisiones, esta actividad se realiza con base en la información recolectada y los riesgos que implica, por lo cual, la toma de decisión se hace al interior del área y en caso de ser necesario, se recurre al mecanismo de pedir consejo a otras áreas.
Para una efectiva autogestión se deben adoptar practicas metódicas, que permitan la creación e implementación de procesos estándar al interior del área, de manera que todos conozcan quién, cuándo y cómo se hacen las diferentes actividades para lograr obtener el producto deseado. Esto ayuda a que las personas no estén siempre esperando que les diga qué hacer, sino que ahora se orientan por las etapas del proceso y el estado en el que se encuentra. Por ejemplo: el área de talento humano, si tiene definido el proceso de selección y contratación, con saber en qué etapa está el proceso de una persona en particular, es suficiente para establecer quién es el responsable de dar continuidad al proceso para que esta persona se integre al equipo de trabajo éxitosamente.
El líder debe fomentar al interior del área iniciativas orientadas a recompensar los éxitos alcanzados por lo colaboradores y servir de embajador ante otras áreas, mostrando los resultados alcanzados y las metas que se han fijado.
Es importante adoptar la práctica de medir y registrar las actividades y resultados. Esto se debe hacer trimestralmente a lo largo del año, de manera que el equipo de trabajo tenga claridad de las fechas en que los resultados serán consolidados. Esta es una forma de evaluación indirecta de los colaboradores y su gestión, además que genera en ellos un efecto de recompensa al sentir que son visibles ante el resto de la compañía.
[1] W. Bennis, G. M. Spreitzer & T. G. Cummings et al (P. Slater)., Las Claves del Liderazgo., Deusto., 2006